• Inicio
  • Artículos
    • Cultura
    • Política
    • Religión
    • Sexualidad
    • Sociedad
  • Comentarios
  • Cuentos
    • Eróticos
      • Heterosexual
      • Homosexual
    • Fantasía
    • Históricos
    • Psicológicos
    • Social
  • Frases
  • Guion
  • Microcuentos
  • Poesía
  • Reseñas
    • Reseñas Cinematográficas
    • Reseñas Literarias
  • Videos
  • Autor

PROVERBIA

~ "Crítica Social, Lírica y Narrativa"

PROVERBIA

Publicaciones de la categoría: Eróticos

Cuento: Entre Las Cortinas

22 Sábado Feb 2014

Posted by Tomás G. Michel in Cuentos, Eróticos, Heterosexual

≈ Deja un comentario

Etiquetas

Época Victoriana, Corona, Cuento Erótico, Escritura Creativa, Ficción, Hipocresía, Marqués de Sade, Masoquismo, Noble, Reinado, Sadismo, Sexo

IMG_0638

ADVERTENCIA: MATERIAL EXPLÍCITO

Las cortinas de encaje, le daban volumen a la brisa. Largas, frívolas y cargadas, como el reinado más largo que había tenido Gran Bretaña. Sentía que era estrangulado, por la misma Victoria y su puritanismo inadecuado y decadente. Colmado de todo el protocolo burocrático en el que tenía que encajar. No podía seguir escondiéndome. ¡ya no más!

Cuando el crepúsculo se apoderó del horizonte, Margot entró a mis aposentos. Sigilosamente, se paseaba con su porte de dama inmaculada, inocente y temerosa. Mostrando cuan culpable era del pecado original. Su pulcro vestido crema, navegaba a compás de sus caderas.  Timoneadas a su vez por un apretado corsé.

Se acercó a mi y me empezó a ahorcar. Yo sonreía. Con la respiración entrecortada y sin moverme de donde estaba parado, arranqué las cortinas. Privaban el cuarto de la poca iluminación del atardecer. Sentía que me ataban. Las tiré al piso con desdén.

Margot retiró una mano de mi cuello para quitarse el sombrero. Luego se quitó los guantes y poco a poco ese vestido, que no permitía que nadie dudara de su honra. Estaba desnuda. Solo tenía una pieza puesta, su corsé.  Ella sabía que me gustaba desmadrarla con el corsé puesto. Le quité sus manos de mi cuello y la tiré al piso, sobre las cortinas. Me quité mi disfraz de duque y me arrojé sobre ella. Ahora yo la ahorcaba con ambas manos. Le mordí sus labios mientras la ahorcaba, luego bajé suavemente hasta su culo arrastrando mi lengua por todo su corsé hasta pasar por encima de su vagina y llegar a mi destino. Ella estaba roja al igual que aquel atardecer.   Se estaba quedando sin aire, así que me quito las manos de su cuello rabiosamente. Se subió sobre mí y empezó a galopearme. Las cortinas nos abrazaban como si estuviésemos en una orgía clandestina. Una de las muchas que organizaban los nobles de Londres.

Me mordió todo el cuerpo. Parecía estar comiendo la cena. Algunas de aquellas mordidas sangraban ligeramente. LLegó a mi pene que al parecer iba a reventar de tantas venas. Lo lamió de entre las bolas hasta llegar al frenillo del glande. Yo le dije que la quería montar como una bestia.  Se movió suavemente, arrastrando las cortinas entre sus piernas hasta que se colocó en cuatro patas. Yo me puse de rodillas por detrás. Se lo entré suavemente. La jodí arrítmicamente con bríos de jovencito. Le halé su pelo riso y castaño que adornaba su cara. De esta forma podría llegar hasta su cuello sin estorbo alguno. La ahorcaba nuevamente. La estrangulaba mientras le daba martillazos tal cual carpintero. Cada vez más viril.  Cada vez más la ahorcaba. Mientras lo hacía sentía unas contracciones y espasmos. Me sentía en la cúspide del universo. Margot estaba roja, no podía verle la cara, pero sentí como temblaba. La sometí a mi yugo monárquico. Su corsé la mantenía erguida, le dificultaba más aún el respirar. Yo sabia que le gustaba.

Al cabo de unos minutos, la ansiedad se apoderó de mí. Comencé a sentir un hormigueo intenso, como si  hubiese arrastrado por un choque eléctrico. Pude ver a Margot sacudirse de un lado a otro, yo apretaba más aún.  Comenzó a gemir fuerte, gritaba de emoción, me tocó mis manos, cuales estaban sobre  su cuello. Mientras yo me venía, ella también. Luego de haber bajado de aquel éxtasis, la solté. Calló como una piedra al piso. Yo me tiré hacia atrás.

Al cabo de un rato, luego de haber recobrado conciencia la llamé, pero no respondió.

Margot yacía sobre las cortinas. Muerta ya. Solo se le podía ver lo blanco de los ojos. Ya no estaba roja como el crepúsculo, estaba azul como la temprana noche.  Miré por la ventana un poco aturdido, la cubrí con las cortinas y pensé, que tenía que deshacerme del cadáver o pondría en riesgo los títulos nobiliarios de toda la familia.

—Tomás G. Michel

Anuncios

Share this:

  • Haz clic para imprimir (Se abre en una ventana nueva)
  • Haz clic para compartir en Twitter (Se abre en una ventana nueva)
  • Click to share on Facebook (Se abre en una ventana nueva)
  • Haz clic para compartir en Pinterest (Se abre en una ventana nueva)
  • Haz clic para compartir en Google+ (Se abre en una ventana nueva)
  • Hac clic para enviar por correo electrónico a un amigo (Se abre en una ventana nueva)
  • Haz clic para compartir en Tumblr (Se abre en una ventana nueva)

Me gusta:

Me gusta Cargando...

Introduce tu dirección de correo electrónico para seguir este Blog y recibir las notificaciones de las nuevas publicaciones en tu buzón de correo electrónico.

Únete a otros 3.978 seguidores

"Ando trabajando en mi primera compilación de cuentos."
IMG_4480
logo proverbia04
cropped-blogging-u-seal

Estadísticas del blog

  • 18.702 hits

Coopera con el blog

Donate Button

Lo Mas Leido

  • Reseña: Liga de los Pelirrojos
    Reseña: Liga de los Pelirrojos
  • Poema: Encebollado
    Poema: Encebollado

Etiquetas

Amor Anticipado Artículo de Opinión Asesinato Autor Puertorriqueño Belleza Caribe Columna Columna Periodística Criollo Cristianismo Cuento Cuento Psicológico Desamor Desigualdad Desigualdad de género Discrimen Dominicano E.L.A. Engaño Ensayo Escritor Puertorriqueño Escritura Creativa Estado Libre Asociado Europa Ficción Gay Gobierno Herejía Hipocresía Homosexual Iglesia Católica Imperialismo Infidelidad Irak Kurdo LGBTTQ Literatura Literatura Caribeña Literatura Latinoamericana Literatura Puertorriqueña Locura Lírica Machismo Maltrato Medio Oriente Microficción Misoginia Modernidad Moraleja Muerte Mujer Narrativa Neo-colonialismo Norma Opinión Pecados Capitales Poder Poema Poesía Política Puerto Rico Realismo Religión República Dominicana Reseña Revolución Roles de Género Sexo Siglo XXI Social Sociedad Versos Versos tristes Vida

¡Dale Like en Facebook!

¡Dale Like en Facebook!
Top blogs de Libros
Paperblog
Anuncios

Archivos

  • abril 2015 (6)
  • marzo 2015 (3)
  • enero 2015 (2)
  • diciembre 2014 (3)
  • noviembre 2014 (7)
  • septiembre 2014 (1)
  • agosto 2014 (3)
  • julio 2014 (6)
  • junio 2014 (12)
  • mayo 2014 (11)
  • abril 2014 (12)
  • marzo 2014 (5)
  • febrero 2014 (11)

Crea un blog o un sitio web gratuitos con WordPress.com.

Cancelar
loading Cancelar
La entrada no fue enviada. ¡Comprueba tus direcciones de correo electrónico!
Error en la comprobación de email. Por favor, vuelve a intentarlo
Lo sentimos, tu blog no puede compartir entradas por correo electrónico.
Privacidad & Cookies: este sitio usa cookies. Al continuar usando este sitio, estás de acuerdo con su uso. Para saber más, incluyendo como controlar las cookies, mira aquí: Política de Cookies.
A %d blogueros les gusta esto: