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PROVERBIA

~ "Crítica Social, Lírica y Narrativa"

PROVERBIA

Archivos mensuales: julio 2014

Artículo: La Chica de Santa Rita

27 Domingo Jul 2014

Posted by Tomás G. Michel in Artículos

≈ 9 comentarios

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Artículo de Opinión, Columna Periodística, Gatos, Humanitaria, Puerto Rico, Río Piedras, Santa Rita, Universitario, UPRRP

IMG_0639Todo aquel que ha vivido por Santa Rita, que en su mayoría de los casos, son estudiantes hospedados en la cercanía de la universidad, pues residen muy lejos Río Piedras, y se ven arrastrados por los estudios a quasi-emigrar, sabe que a veces este maltrecho lugar se puede convertir en un completo dolor de cabeza.

Ya he perdido la cuenta de  los cristales rotos; vehículos con que estudiantes universitarios, con copioso ahínco se transportan a instruirse a la UPRRP, son victimas del imparable vandalismo. Ya han sido demasiados. Se topan con que mantener un promedio alto, no es la única de sus preocupaciones. Es difícil tener que venir de un día de lecturas, libros e infinitas memorizaciones, y encontrarte con que tu carro esta vuelto un desastre. Verlo tan cojonudamente profanado. Sé la rabia y frustración que se siente, pues no fui precisamente la exención a la regla. Cuando por mala jugada del destino, le tocó a mi carro a que lo desmadraran y le rompieran un cristal, mi hermano y yo salimos en búsqueda de algún sospechoso por los alrededores, para darle una buena paliza, y no quedarme con la impunidad abofeteándome la cara. Pues todos sabemos, que los policías están muy ocupados poniendo tickets de transito, los cuales le son más rentables. Malditos ladrones, deambulantes y tecatos que no piensan en las vicisitudes que muchos de nosotros tenemos que encarar cada día. Mas si estoy conscientes de que hay unas realidades sociales. A muchos de ellos el sistema le ha fallado. No todos son drogadictos, algunos son solo personas que se han visto despojados de trabajos u hogares, y tienen responsabilidades para con su familia ¿Que crees que alguien sin trabajo haría si un hijo le dice que tiene hambre, y no tiene nada en los bolsillos? A eso agrégale  la perra crisis que ha estado estrangulando la isla en los últimos años, en la decadencia de la efectividad del Estado Libre Asociado para regir este pueblo, henos aquí pagando las consecuencias de los daños colaterales. Para el colmo, los atracos a mano armada, son la orden del día. No es para mi chistoso, salir a la galería de mi residencia y tener que escuchar los gritos de una estudiante, que le despojan de sus pertenencias. Para el colmo de los colmos, el tener que lidiar con el hecho, de que sales un momento a las siete de la mañana, dejas la puerta de rejas abierta por unos pocos segundos, pues se te ha olvidado algo en la casa y te topas con que un hombre con una actitud un tanto psicoactiva, entre sigilosamente a tu residencia, en tu propia cara  —quien al no percatarse de tu presencia— para ver que podía robar. Yo en estas me quedé callado, por que quería ver lo que el hacia. Mi novia quien andaba conmigo, de la rabia por su atrevimiento, le hecho un grito que se escucho en toda la biosfera, que hizo que saliera corriendo. Y lo bonito del caso, es que en los últimos meses (dada la insoportable situación económica), la nueva modalidad de los ladrones es que ya no te quieren esperar a que salgas para robarte. Ellos mismos, se están tomando la molestia de entrar a tu casa por la fuerza, amarrarte y Dios quiera no pase de ahí y llevarse todas tus cosas, con tu propio carro, en tu plena cara.

Pero dentro de este nefasto panorama en el que muchos tenemos que vivir, hay una que otra cosa que vale mencionar. Hay una chica, que desde hace varios años, se ocupa de darle comida a los gatos que merodean el lugar. Muchas veces sale a horas no tan seguras a realizar su faena, me imagino que por los quehaceres de su día,  pero para nada se olvida de estos animalitos. Siempre que corría por la urbanización por las tardes, la veía como traía en su SUV sacos de comidas, los cuales todos saben, no son nada baratos, y así procedía cada dos o tres esquinas a dejar varios platos de comida. Te dabas cuenta desde lejos por los montones de gatos que desde podían percibir que ella estaba por llegar al amontonarse de felicidad —supongo que también por el hambre—. Que alguien haga este gesto en el área metro, es mucho decir, pues la apatía que prepondera en los alrededores, es estruendosa. Y la realidad es que me llena de satisfacción y felicidad, ver ese tipo de gestos y desprendimientos de parte de las personas, que no solo viven en lugares colmados de concreto, si no que lo cargan dentro de si, amurallando su humanidad.

—Tomás G. Michel

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Artículo: Dios No Tiene la Culpa

25 Viernes Jul 2014

Posted by Tomás G. Michel in Artículos

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Artículo de Opinión, Columna Periodística, Cristianismo, Deidad, Dios, Dioses, Religión, Sociedad

IMG_0609Ante la impotencia que el ser humano siempre ha sentido frente al operar de la naturaleza —en un universo más vasto que su imaginación—, con la incertidumbre de los “por qués” circunstanciales, se ha visto en la necesidad de crear deidades que brinden una explicación más o menos razonables a su entorno. De este modo no tendrían que enfrentarse cara a cara con la incertidumbre. Dichas deidades han variado de acuerdo a los periodos históricos, los sistemas culturales, las necesidades místicas y espirituales y como consecuencia se pueden encontrar una gran cantidad de estos entes omnipresentes. Ejemplos lo son Yúcahu en la mitología taina caribeña, Anubis en la mitología egipcia o Loki en la mitología nórdica.

Pese a lo avanzada que parezca estar nuestra civilización, hay muchas cosas que no han cambiado desde la prehistoria. Situaciones que se siguen repitiendo (cambian los personajes, mas no las eventualidades). Las personas siguen siendo hijas de las desgracias y no están para nada exentas a las malas jugadas de la vida, y por ende recurren al teísmo como su fuente principal de refugio psico-emocional. He aquí entonces que en adición a rendir alabanzas a un dios por sus maravillosas creaciones, también le temen por su alter ego destructivo. Le atribuyen como vértice de plagas, problemáticas y guerras a una omnipotencia que poco o nada tiene que ver con las barbaridades terrenales. Le tildan de ente castigador, que ajusticia muchas veces a justos por pecadores; en cuyo obrar muchos inocentes sufren y padecen e incluso pierden sus vidas. Mas no es así, las problemáticas a la que nos enfrentamos cada día, por magnicidas que parezcan, tienden a tener orígenes rastreables. Puede que no se presenten tan obvios a simple vista como uno desearía, pero con un poco de indagación, se puede dar con los vertientes de estos acontecimientos desafortunados. Unos que en su mayoría son secuelas y consecuencias de acciones, productos de la inconsciencia de una o varias ratas con más poder del que deberían ostentar. De modo que antes de echarle la culpa a Dios, de creer que le han abandonado a la intemperie espiritual o le están castigando, asegurece de que no esta siendo víctima de su sociedad, cuyo motor principal no es el bien común, ni nada que se le parezca.

Me he topado con personas cristianas que dicen que la biblia es el único libro que necesitan estudiar, que no leen nada más por que toda la verdad procede de dicha antología. Yo reprocho mucho esta postura, pues es para mí una irresponsabilidad grande de un creyente verdadero, el no ubicarse en un buen contexto histórico y antropológico a su creencia. Es irresponsable no situarse en un marco social a su espiritualidad. Es más aún irresponsable atribuirle esta postura mediocre a una obediencia inminente y sin límites. Pues si ignoras las nociones que operan en tu entorno ¿Como podrías ayudar de una manera efectiva al necesitado desconociendo su realidad social? (probablemente no reconozcan la propia) ¿Como podrías ayudar al necesitado si no conoces a las entidades que le oprimen y abusan de su realidad?

Dios le ha dejado una tierra fértil en recursos, con la capacidad de sustentar a sus habitantes de manera justa. Que la avaricia del hombre obre para lo contrario, es otro cuento. La mala distribución de las riquezas, crea los cimientos de la extrema desigualdad socio-económica que tanto impera en la actualidad, en donde unos pocos tienen demasiado y unos muchos casi nada. En donde el poder esta por encima de la justicia, en donde la corrupción esta infiltrada en los aparatos administrativos de los pueblos, en donde las pertenencias valen más que muchas vidas. Entonces a fin de cuentas ¿Quién es el culpable?

—Tomás G. Michel

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Artículo: Vidas Pasivas

22 Martes Jul 2014

Posted by Tomás G. Michel in Artículos

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Artículo de Opinión, Celebridades, Columna Periodística, Cultura pop, Modernidad, Reality Show

 tv“Mis agradecimientos a Raymil Belmont Por propiciar la sana discución”

Vivimos en un mundo en el que asuntos que debieran tener prioridad y la atención de todos, no la tienen. Un mundo en lo que lo superficial y vano, tiene más peso que lo sentimental e intelectual. Se nos manipula, y se nos acorrala a ser supporting actors incluso de nuestra propia vida. Una que aparenta girar alrededor de la sombra de celebridades que de manera vacía, dictan nuestros gustos, creencias y expectativas,  y quedamos siendo meros receptores, que bombardeados constantemente con mensajes respecto a nuestra irrelevancia, se nos denigra con respecto a través de los instrumentos mediáticos.

Se nos condena a no pensar, a no participar ni ser creativos; a no producir. Se nos insta a seguir como ovejas, el bastón pastoril de cantantes y actores cuya vida se enaltece por sobre la del resto, por sobre la nuestra. Nada de lo propio genera interés, ni nuestras vidas, ni pensares, ni accionar.

El fenómeno del reality show, ha contribuido en la propagación de esta problemática que tanto afecta de manera silente la autoestima masiva. En que personas deciden dejar de vivir sus vidas de manera plena, y a través de la pantalla de un televisor, optan por una “pseudovida” por medio de la experiencia de alguien más, que irremediablemente les ata a un sillón. Renuncian así a la inmediatez de su entorno, uno que se subordina ante el glamour y las vidas ostentosas o excitantes que aparentan tener muchas personalidades de la farándula. Esto por algún motivo, les hace digna de documentación y transmisión masiva, pese a lo irrelevante de su naturaleza y poco aporte social y carente de instrucción para los televidentes.

En lo personal no poseo una televisión en mi casa. Como sustituto, tengo un librero, el cual trato de mantener actualizado pese a las abofeteadas que el tercermundismo me ofrece cada día. Nunca le he tenido confianza a este aparato, pues siento que es un utensilio de distracción, el cual para nada te empuja a tener un pensamiento crítico, las verdades son parcializadas y la realidad alterada con fines muy ajenos al bien de común. Mas por lo contrario te adormece el cerebro coaccionando a la absorción de material pre-digerido y regurgitado, que moldea posiciones y puntos de vista.

¿Por qué no se muestra una programación más amplia en materia cultural? En algún tiempo mi vida fui un televidente ávido, y en tres diferentes países que viví, este tipo de programación brillo por su ausencia. Pues la programación era pura basura distractora y adormecedora de neuronas. Pese a lo que se nos engulle por boca y nariz a diario, sobre la irrelevancia que se nos hace creer que prepondera en nuestras vivencias, no deberíamos internalizar dicha aseveración. Pues cada quien es el protagonista de una vida. Cada quien es relevante a su entorno. Cada quien tiene la capacidad de superarse, hacer cosas grandes, llegar lejos. Nuestra vida es importante, nuestros amigos son importantes, nuestros sentimientos, emociones y pensares son importantes. No somos solo un numero más, ni tampoco vinimos a este mundo a vivir al margen de una celebridad ni sus vidas superfluas.

Deberíamos estar más despiertos y no ser victimas de los medios y sus tentáculos.

—Tomás G. Michel

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Artículo: El Poder de la Indiferencia

21 Lunes Jul 2014

Posted by Tomás G. Michel in Artículos

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Artículo de Opinión, Civilización Moderna, Columna Periodística, Indiferencia, Mal Social, Moral, Norma, Siglo XXI, Sociedad, Sociedad Contemporánea

IMG_0660La moral está intrínsecamente atada a lo que es aceptado en una sociedad, la tan llamada “norma”. Aunque en muchas culturas simplemente la define y de igual modo no se puede desligar de los sistemas religiosos. Es un conjunto de reglas que delimitan el comportamiento del ser humano que permite la sana convivencia. Y al margen de tan subjetiva percepción, se forjan las bases para la indiferencia.

Cada uno de nosotros se ha visto o se verá en algún punto de su vida ante una situación o problema, que amerite intervención de nuestro buen juicio o ejecución de nuestro obrar. En el confrontamiento de dos partes o en su mayoría de los casos, el vil abuso de uno sobre otro. Algunos se inclinarán por ser valientes y encarar dicha problemática, pero muchos otros preferirán optar por ser indiferentes. Podremos darnos el lujo de avistar todo tipo de dilemmas que pudiesen ser catalogados como injusto, que dado a lo común y repetitivo de su esencia, toma una capacidad subversiva. Entonces nos vemos en una sociedad cambiante, degradante, en la que lo injustificable, encuentra la manera de como justificarse por medio de la retórica.

Puede que el miedo sea lo suficientemente estupefaciente para que nos haga pasar por alto las lagrimas de nuestro prójimo, el sufrimiento concurrente o la desesperación desasosegada, un llanto desvalido. Nos empuja a ser cómplice de lo malvado. Pues de manera automática nos convertimos en partícipe perversos al tener conocimiento o permitir la injuria del mal sobre alguien y no hacer nada al respecto. Estamos de parte del malhechor, al consentir indirectamente con su atrocidad pese a nuestro entendimiento de lo ruin que le caracteriza.

¿Como te sentirías si fueses tu quién necesitado de ayuda y a nadie le importara? ¿Será  que ya estamos acondicionados a este nuevo modus operandi que permite el recorrido libre a la impunidad sin ningún tipo de intersección? Pareciera que la moral ha sido desplazada a ser una mera lanza que se usa de manera hipócrita, para infringir dolor; que puede ser doblada a extremos casi quebrantables, cada vez que fuese necesario, por quien tiene el poder o la capacidad de hacerlo.

Hay un sentimiento de individualismo en cada uno de nosotros que se ha acrecentado. Cada vez más la gente quiere lo propio, lo suyo, y de ese modo desentenderse del colectivo para alejarse a compartir solo consigo mismo. De hecho ese es uno de los síntomas del desarrollo: El poder estar viviendo al lado de desconocidos por años de compartir un mismo espacio. Pues no me importa lo que te pase a tí, ni tampoco a tí lo que a mí me pase. Quien haya dictado esta nueva forma de vivir, claramente no tenía en cuenta lo mejor para nosotros, pues esta dinámica va en contra de la naturaleza y de la salud del ser humano como criatura social. Solo tengan al pendiente antes de tomar la indiferencia como opción de vida que puede que solo llegues más rápido, pero acompañado, llegarás más lejos.

—Tomás G. Michel

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Artículo: Antes de Ser Heroe(s), Criminal(es)

14 Lunes Jul 2014

Posted by Tomás G. Michel in Artículos

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Apartheid, Artículo de Opinión, Columna Periodística, Justicia, Nelson Mandela, Norma, Revolución, Segregación Racial, Sudafrica, Supremacía Blanca, Verdad

manoplaEl medio de entendimiento e instrucción que un individuo posea, va a ser siempre la base irremediable a su percepción de la verdad. Percepción, pues puede haber varias interpretaciones de la misma. Podría ser descrita como un planeta que mientras posee un hemisferio con luz, hay otro totalmente sumido en sombras. Ambas simultaneas, ambas reales, partes de un todo y paradójicas. No posee un orden de lo absoluto e inquebrantable. Responde a la subjetividad, a la realidad de quien la percibe y desde donde la percibe. Mas Lapidaria, como expresada en el mito de las cavernas de Platón.

La justicia, por otro lado, no es nada más que la coartada legal que ha utilizado la clase dominante para proteger a nivel institucional sus intereses y propiedades (de acuerdo con Rousseau). Es un utensilio para la defensa de su posición privilegiada, ante la lógica de las masas y la ausente equidad social. Tiende a ser respaldada —de manera legítima— por los aparatos a la cabeza del estado; pareciera estar intrínsecamente atada de brazos y pies con la creación de la propiedad privada. El capital a su vez, es parte sustancial de dicha justicia, la cual no opera igual para quienes lo poseen, que para los que no.

La norma de una sociedad no siempre coincide con lo justo o lo verdadero. Es mas bien una construcción social, creada por el hombre en base a ideologías arbitrarias o convenientes a su posición. Respaldan costumbres que aunque erradas y viciadas, sirven para mantener un supuesto “orden”. Dicho establecimiento de renglones, de hecho, necesitaría de una excelente retórica por parte del titiritero, que fuese lo suficientemente ancha como para cubrir los huecos, que irremediablemente tienden a hacer aparición en escena, a la hora te poner en tela de juicio dichos establecimientos.

Grandes cantidades de personas en diversos puntos de sus vidas, en diferentes momentos históricos, se han visto perjudicado y  amenazados por el orden social que le hace contexto. Mas no todos deciden revelarse contra la normativa que rige sus vidas, pues temen las posibles represarías que se pudiesen tomar en su contra. De hecho el terror y la crueldad, tienen a ser componentes importantes de la mecánica del grupo o persona que oprime a los individuos en cuestión. Partiendo de la premisa que la injusticia ha siempre imperado a niveles exorbitantes, sienten inconformidad y siente la incallable necesidad de alterar e irrumpir el orden establecido pese al desaliento que enfrentan ante un sistema que se vuelca en su contra. Pasan entonces a convertirse en criminales antes los ojos del estado, aunque luego la historia les reivindique y categorice en posterioridad como héroes.

Una de las ideologías institucionalizadas que denotó a través del hedor que emitía, lo anómalo que muchas veces puede ser la norma, lo fue el apartheid. Un sistema edictos y leyes de discriminación y segregación racial, sobre el cual se basó el gobierno de Sudáfrica desde el ’48 hasta los ’90. Se caracterizó por el despliegue sistemático de una agenda que se enfatizaba en el entorpecimiento del desarrollo de la raza negra y su ataque visible e inaudito. Dicho, prohibía los matrimonios y las relaciones sexuales interraciales. Separaba a los diferentes grupos étnicos en los medios de transportaciones, los centros sanitarios, las escuelas y demás. Se trataba no solo de una separación jurídica, si no también geográfica, aislando a la raza negra a unos territorios en particular. Este tenía como cometido central el dominio y la preservación del poder de la raza blanca, el cual solo componía alrededor del veinte por ciento de la población frente a la negra y otras minorías; una especie de jaque socio-económico. Prevenía a los negros de participaren los deberes —privilegios— públicos como votar. No podían ejercer ocupaciones gubernamentales, ni desarrollarse profesionalmente o comerciar. No podían estar en zonas asignadas exclusivamente a los blancos y esto obviando los pormenores que acaecieron como consecuencia de tan estrepitoso panorama.

El aclamado personaje a nivel mundial Nelson Mandela, nació de este contexto, el cual fue considerado un terrorista, quien había encabezado en un principio la oposición militante y violenta en contra el régimen blanco. Fue condenado a cadena perpetua, de los cuales solo cumplió 27 años. Pero la historia le reivindicó por su lucha y por como dió su vida por defender el ideal de la igualdad, que resulto en una transformación social.

Los derechos no son un regalo divino. Son el producto de la lucha, la sangre y el sacrificio para hacer ejercer lo supuesto por naturaleza: la equidad. Siempre habrán entes, no importa cuan avanzado se este en la historia, que por avaricia o interés, van a tratar de imponerse sobre otros y así devengar los beneficios que una posible explotación pudiese brindar; esto se ha visto un sinnúmero de veces sin importar de que civilización hablemos. El ser humano como ser imperfecto, tiene la capacidad de la creación de lo perverso, su diseminación e instauración. Pedro Albizu Campos nos decía “Cuando la tiranía es ley, la revolución es orden” y es la historia de Mandela un vivo ejemplo de dicha afirmación, que al igual que la de muchos otros que en este escrito no menciono ven retadas sus existencias.

—Tomás G. Michel

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